Colón, marzo 18 de 1960
Sr. Ventura Luis
Mi amado:
Te saludo en el nombre del Señor. Es mi oración te sientas feliz; yo bien, gracias a Dios.
El día 16 recibí tu carta y hoy día 18 es que te escribo. Cuando leí la carta no me agradó mucho porque vi la fecha que traía 14 de marzo y pensé: ¿por qué se demoraría tanto en escribirme, habiéndole yo escrito el 7? Y no pensaba escribirte hasta que no pasara una semana, pero es tanto lo que te quiero que no puedo dejar de escribirte muchos días.
Amado, yo no sé si está mal que yo piense así, pero a mí me parece que yo te quiero mucho más que lo que tú me quieres a mí; me parece que sin tu amor me sería difícil la vida.
Amor mío, tengo muchas cosas que decirte, pero no quisiera hacerlo por carta, porque puede haber confusiones si así lo hago. Hace poco estaba pensando que por qué causa entre nosotros dos hay tan poca confianza. Yo veo a los demás novios que tienen más confianza que nosotros… [papel roto] …parte quisiera ser distinta contigo, porque he oído que algunos matrimonios, por no haber tenido confianza cuando novios, han tenido que enfrentarse con grandes problemas.
Mi vida, te digo que yo no tengo confianza ninguna contigo; te tengo respeto y a veces hasta miedo. Yo no quisiera seguir en esa forma, pues sé que eso nos va a perjudicar a los dos. Si ahora nos tratamos así, cuando nos casemos será difícil comprendernos… [papel roto]
…por mi parte haré lo posible por no seguir así.
Si Dios me concede ir a México iré satisfecha, porque voy a cumplir con mi deber ante Dios, pero no pienses que te quedas solo, pues tú irás en mi corazón, y aunque sea mucha la distancia que nos separe, nada, con la ayuda de Dios, te hará separar de mi corazón. Pero antes de irme tengo que decirte muchas cosas que tenemos que hablar.
Yo he pensado bastante lo que es el matrimonio y quiero que… [papel roto]
Yo estaba contenta porque pensaba que tú venías a la placa, pero a lo mejor no. Dios quiera que sí.
De nuestra obra te diré que gracias a Dios Él nos bendice más de lo que merecemos. Ya tenemos toda la obra para adelantar, ¿y tú?
Mi vida, hace unos días, estando en Las Piedras, recibí unas palabras para mí, de Dios. En los momentos de tristeza Dios siempre nos consuela, pues me acosté por la tarde un rato y cundo me quedé dormida oí estas palabras: “Yo estoy contigo porque me has sido fiel, y estaré contigo hasta el final”. Después de estas palabras me siento cada día más dispuesta para hacer la obra de Dios.
Amor mío, quisiera decirte tantas cosas, pues así me parece que hablo contigo.
De mi familia te diré algo: Mi mamá quiere verme cuando estemos en Matanzas; ora a Dios para que cambie de pensamiento.
A veces en los momentos que tengo de tristeza y dolor vienes a mi pensamiento y tengo que olvidar todo lo demás y pensar en ti, pues tú significas mucho para mi vida. Después de Dios estas tú, ¿no lo sabías? Son tan buenos los pensamientos que tengo para cuando nos unamos que pienso seremos muy felices con la ayuda de Dios. Pienso complacerte en todo y obedecer a lo que me ordenes, pues como te quiero tanto, quiero que seas feliz con mi amor. A veces me parece que es pecado que yo te quiera tanto, pero luego la conciencia me dice que no, porque es muy natural el querer.
Bueno, mi amado, ¿qué más pudiera decirte para demostrarte mi amor? Yo creo que sea esto suficiente para que comprendas cuanto te amo, aunque por mucho que te diga no terminaría de decirte lo que te quiero, pero cuando nos casemos verás todo lo que te digo que es una verdadera realidad.
Recibe por esta vez el cariño de tu noviecita que te quiere mucho y desea verte. Tuya,
Lucía González
Notas: Me contesta aquí a Colón, pues Samuel me la lleva a donde yo esté. A tu mamá pienso escribirle en estos días si Dios quiere. Escríbeme bastante. Saluda a todos en mi nombre. Dime si te sirve la camisa. Nené y Sósima son las lavanderas de los trabajadores del salón y te saludan.
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